Poema efébico
(29-ago-03)
Voy y vengo, te busco y te sigo.
te acompaño, no te pierdo, voy por donde vas.
Y me ves. Pienso y me interrumpes,
me preguntas algo, y algo te respondo.
Te evito la mirada. Y quiero verte los ojos.
Sigo tus pasos, estamos saliendo.
¿A dónde? A la casa. Tú a la tuya y yo a la mía.
¿No podemos ir a un hotel? lo pienso, pero no lo digo.
Dos semanas de sentarnos cerca. De hablarnos poco.
De ver tus brazos como si viera el suelo.
Te escucho hablar y me deshago. No me hablas a mí.
Como celoso encelo, porque esa lengua es mía.
Faltan unos metros para dividirnos el camino.
Hablo, pero pensando en tiempos y distancias.
No en las clases ni las tareas ni los libros.
Me confesaré, y la determinación me turba la sangre.
Y solo me queda el valor para cubrirme.
Las palabras no van a salir. Ya te dí la mano.
¿Y los ojos? ¿qué te pueden decir mis ojos?
Un mensaje confuso, como el que me estás dando tú.
Acabo regresando a la casa solo y temprano.
Pienso en la enésima revancha y en la victoria final,
En la batalla donde me voy a jugar todo por ti.
Luego me veo en el espejo, y mejor dejo de soñar.
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