Neobabel

O cuando la cruda nos alcance

DomingoDeAnécdotas (20)

Estudiar la licenciatura se me estaba haciendo imposible más que por las materias de lo miserable que me sentía de pasar tantas vergüenzas de traer exacto el pasaje de regreso y lo limitante que era y lo humillante que se sentía ir a acompañar a amigos a comer sin pedir nada o pedir ropa prestada si me tenía que vestir formal o hasta que me escucharan rugir las tripas durante la clase o varios traumas más así, y dije igual puedo conseguirme un padrocinador en man hunt y me puse a buscar así señores ya grandes como dice aimep3 aunque sabiendo que igual ni pegaba porque la verdad estaba bien feíto pero igual le podía sacar el provecho a la edad y a lo flaco.
Ni siquiera sentía con derecho a merecer más sabiendo que mi mamá que venía de un rancho se deslomaba vendiendo Yakult y que cuando mis hermanas cumplieron 15 no hubo fiestas ni nada. Intenté varias veces conseguir trabajo y recuerdo ir sin traje y con los zapatos de la secundaria a entrevistas esperando que no me contrataran porque ninguna jornada de 8 horas me iba a permitir seguir tomando clases y me deprimía mucho pensar que lo que más me entusiasmaba de la unam era poder tomar cursos de idiomas por 2 pesitos y no lo estaba aprovechando por andar juntando para tener un celular, por eso igual no me parecía tan malo dejarme invitar todo el alcohol que quisiera a señores que me querían emborrachar para hacerme lo que quisieran después (y lo hacían), y a veces hasta era divertido hablar de cine mexicano viejito igual que la única vez que tuve una charla con mi abuelo, y cantar canciones rancheras y de pedro infante y de angélica maría y así aunque seguro ya sabían que se los querían chichifear y por eso eran tan marros y había que verlos más de una vez y solo te daban lo indispensable como el que me llevó al oxxo a comprar un celular pero era de esos que tienen pantalla como de calculadora y me hizo guardar su número como “mi amor”, o el que me dijo vengo de estados unidos y te traje algo a ti que te gustan las cosas orientales y era un pisapapeles con una grulla pintada.
Si acaso hacían promesas como cuando uno me dijo que cuando fuera a operativos a mexicali me llevaría para que practicara con los chinos y sí me dijo que me podía ayudar con la carrera y le dije que no era justo que gastara así por mí y me dijo que era una inversión pero ni pasó nada, hasta que un día muy borracho encuerado en la cama de un don que me había dado un billete de 20 pesos para los pasajes y unos calcetines nuevos porque los míos estaban bien madreados empezó a sonar sálvame de rbd en la radio y dije ojalá alguien me salvara, pero ojalá ni siquiera necesitara ser salvado y andar de noviecito con alguien de mi edad y co ger por gusto y que mi única preocupación fuera por aprender más cosas en la escuela, porque sí quiero ser un día licenciado y ser maestro y un día viajar a japón aunque igual debía bajar mis expectativas porque solo era el hijo de una yakulera al que una vez no le quisieron vender un boleto del metro por querer pagar con monedas de 10 centavos y en la situación en la que estaba estaba más cerca de ese chiste de que las ando dando por un chicle mot ita que de eso. Ojalá alguien me salvara. Por favor. Auxilio. Ayuda. De verdad que ya no puedo. Auxilio, de verdad auxilio.

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