De él me enamoraron sus palabras (porque son la voz común de nuestros sentimientos y el puente a mi corazón) y estar prendado de alguien así es todo menos sencillo. Con él, uno se siente bobo de decir ‘te quiero’ porque no existe una
frase más trillada. Sería como llorale al mar una lágrima o sumar ∞ + 1.
Imprimí ese par de renglones antes de salir a la escuela. En la tarde se lo mostré a Michelle (mi novia la borracha) y a Jacob, que nos regaló unas fresas que traía envueltas en una servilleta de papel, justo antes de un espectáculo de danza contemporánea. Les dije que me la habían escrito a mí, pero no me creyeron. Es que yo soy un word juggler, y mi Memo, el vergotas, un dream artist.
Comentarios